Metodologías subnormales
2019 actualidad
Esta investigación explora las posibilidades metodológicas en el terreno de la producción cultural y creativa así como en la investigación militante, basándose en la contaminación de disciplinas y prácticas. Se busca “sistematizar” (la palabra es incómoda e imprecisa) metodologías, procedimientos y escrituras que no cuentan con legitimidad o reconocimiento y no forman parte de las ciencias tradicionales (duras o sociales). Pero no se trata de dar una dimensión científica a estos saberes, sino más bien en indagar en las particularidades y aportaciones de estas prácticas activas, ilegítimas para la academia, en constante desconfianza y desafiando al Conocimiento con mayúsculas, lo definido como verdad excluyente de cualquier otro saber. Estas metodologías “otras”, subnormales, son indispensables para desestabilizar las jerarquías disciplinarias y para permitir la entrada de conocimientos nuevos e improbables en las esferas del saber (oficial o no).
La investigación busca generar una caja de herramientas dotada de un instrumental crítico que pueda servir a otras artistas e investigadoras en su trabajo y activismo. Se plantea como un ejercicio de dessistematización de los excedentes producidos por las prácticas creativas y los desbordes de las metodologías científicas, para contaminar y descentrar las revisiones de pares, los índices de impacto y las normas de referencia. Esta búsqueda está atravesada por la emergencia de experiencias en el terreno híbrido de lo artístico y de la crítica feminista, por constataciones situadas y en primera persona donde la necesidad de herramientas, prácticas, documentos, discursos, referencias y bibliografías se convierten en redes de colaboración, tácticas de sobrevivencia, y erotismos del afecto.
El proyecto financiado por la Beca Banc Sabadell entre mayo y diciembre de 2019 contempla la realización de 4 “micro-residencias de investigación”; una presentación pública final de los resultados de la investigación; y la realización de un libro que contenga texto e imagen.
En estas 4 micro-residencias participaron:
– Jelen Geleton (mes de mayo): Opto por aguantar en esa incomodidad incongruente que al final es más parecida a mí y a mi entorno. Una conversación entre Lucía Egaña y Gelen Jeleton
– Jara Rocha (julio y octubre): TEDxTalk: Cognitariado y capitalismo
– Maria ptqk (noviembre): Anatomía de una investigadora desadaptada
– val flores (noviembre y diciembre): ¿Cuándo comienza el proceso de escritura de la investigación?
Además de eso, se han producido conversaciones e intercambios con: Florencia Brizuela, Jorge Díaz, Francisco Godoy y Lucrecia Masson.
El libro resultante de esta investigación está en proceso.
Sobre el proyecto por Nancy Garín:
Pensar en construir relatos y pensamiento desde otros marcos resulta una tarea muy necesaria en el actual estado de las cosas. Necesaria pero titánica frente a la resistencia absoluta de los espacios donde supuestamente se está produciendo saber.
Porque significa desmontar más de tres siglos de centralidad occidental de la mano de la modernidad/colonialidad revestido por los discursos de la Ilustración, y con ella el aura de verdad de las ciencias en toda su amplitud.
Una legitimidad que ha sido la cobertura siniestra de expoliación, masacres y destrucción durante siglos. Y que ha sido la maquinaria más poderosa para borrar la memoria de cientos de siglos de historia y de vidas.
Pienso en mis propias experiencias sobre las “metodologías” y el constante dolor de cabeza que me ha costado intentar encajar en las dinámicas de la academia y de los formatos rígidos de cómo se elaboran las investigaciones, y el campo de las ideas. En campos como el arte esto es inquietante, pues esa normatización va produciendo el despojo de la potencia creadora, la posibilidad de imaginar, de desbordar; para someterlo al corsé de la “rigurosidad científica”.
Es desde allí que los trabajos presentados por Lucía Egaña y Alan Carrasco logran dar una pequeña traza de otras posibles rutas. Buscan generar líneas en común y disputar las narraciones generadas desde lecturas hegemónicas.
En ambos proyectos la falta de resultados finales son parte de la respuesta que sus autores han dado a la normalización regida por el campo de la investigación formal y académica. Plantean otros tiempos, otros ritmos, otras maneras posibles de dar respuesta.
Escuchar a Lucía Egaña explicar de manera tan completa y energizante el proceso de su investigación me hizo mucho sentido.
Su proyecto, ganador de la beca de investigación de investigación artística Fundació Banc Sabadell y Hangar, lleva un título curioso e inspirador para quienes hemos sufrido la inquisidora mirada de la pedagogía normativa y la academia disciplinar: Metodologías Subnormales: manual de prácticas para investigadoras desadaptadas”.
El trabajo nace de su experiencia viva de enfrentar una tesis doctoral, con toda la mecánica que eso determina en la producción de conocimiento. Su trabajo va transitando por diferentes propuestas metodológicas que se sitúan como “desadaptadas” en cuanto a una “auto concepción identitaria”, según Egaña.
Ha trabajado sus recorridos por diferentes metodologías desde tres ejes: Investigación encarnada, conjuro y error, de forma tan orgánica que se materializan en una especie de talismán (pulsera) que elaboró al comenzar el proyecto. El conjuro está en la propia acción de llevar pulsera con el título del proyecto. Y finalmente el error en la incongruencia que se lee en las palabras de la pulsera.
La idea de la investigación encarnada nace de propuestas desarrolladas por pensadoras décadas atrás que generaron formas de resistencia a los parámetros hegemónicos de cómo elaborar pensamiento. Ejemplos encontrados en textos como “Esta Puente, Mi espalda” de Cherríe Moraga y Ana Castillo a finales de los 70 y principios de los 80, o el ya muy conocido “conocimiento situado” de Donna Haraway, han abierto el camino para investigaciones disidentes que hoy parecen más recorridas, pero que en su momento fueron verdaderos retos.
Son propuestas originales que pretenden rechazar las maneras en que la investigación científica ha validado formas y procedimientos, y ha producido verdad y conocimiento. Por eso, esta investigación no se plantea como la búsqueda de un resultado esperado, ni como la confirmación de hipótesis alguna.
Lo encarnado resuena desde las propuestas de las cinco co-investigadoras invitadas por Egaña a participar: Gelen Jeleton, Vale Flores, María Ptqk, Jorge Díaz y Jara Rocha.
La invitación a trabajar de manera colectiva ha sido pensada desde temporalidades particulares, que disputan los tiempos de la investigación formal. Así, cada participante pudo trabajar con la temporalidad que le fuera necesaria, y desarrollar formatos propios. También se contó con algún tipo de activación pública para abrir los procesos realizados a otras personas.
Cada proyecto tocó alguna de las interrogantes y posibilidades sobre cómo producir metodologías disidentes. Desde la propia escritura como gesto de conocimiento, pasando por la conversación, la potencia de la intuición, los referentes con los cuales se trabaja, los formatos que encarnen las búsquedas personales y colectivas y los procedimientos que en sí son conocimiento y saber, buscan validación propia.
A esto se sumó una especie de cartografía/mapa de una posible anatomía que una investigadora desadaptada podría llegar a tener. Una anatomía compuesta por las características propias que dicha investigadora, las maneras de trabajar y el contexto de trabajo en el cual transita.
El trabajo de Lucía Egaña ha seguido su curso sin margen de tiempo y espacio determinado desde un afuera.
Su trabajo dialoga con los marcos que yo misma he desarrollado en mis prácticas, intentando por un lado dar espacio a otras posibilidades metodológicas, y por el otro dar visibilidad a narraciones silenciadas y sumergidas: memorias “otras” que se levantan disputando el relato hegemónico.