El robo del dolor
2023Curatoría de Lucía Egaña Rojas y Francisco Godoy Vega
Artistas participantes: María Luisa Álvarez, Paula Baeza Pailamilla, José Miguel Blanco, Gloria Camiruaga, Giuseppe Campuzano, Elda Cerrato, Ani Ganzala, Colectivo con Voz Propia, Álvaro Guevara, Nadia Granados – La Fulminante, Pedro León Carmona, Pedro Luna, Ramón Mateu, Ana Mendieta, Natalia Montoya, Dominga Neculman Mariqueo, Lizette Nin, Reiner y Josoa Otten, Bernardo Oyarzún, Laura Rodig, Alejandra La Bala Rodríguez, Pedro Subercaseaux, Mirna Ticona, Susana Torres, Blas Tupac Amaru, Ximena Vásquez, Eli Wewentxu. También se incluyen obras de autoría sin identificar.
Museos colaboradores: Museo del Carmen de Maipú, Museo Gabriela Mistral de Vicuña, Museo de Artes Decorativas, Museo de Arte y Artesanía de Linares, Museo O´Higginiano y de Bellas Artes de Talca, Museo Regional de la Araucanía, Museo Histórico Nacional, Museo de Arte de Lima y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Dedicado a la artista Dominga Neculman Mariqueo,
maestra alfarera mapuche fallecida el pasado 05 de diciembre de 2022.
La historia de la modernidad es una historia global de violencia y dolor: la colonización, que implicó el proceso de imposición política y cultural de Occidente y la extracción de materias primas, idolatrías, sexualidades y cosmologías, ha estado marcada por la producción de heridas profundas, grietas que atraviesan el dolor de los territorios y el dolor de múltiples comunidades que podríamos llamar, parafraseando a Frantz Fanon, “las condenadas de la tierra”1. Por más de cinco siglos la modernidad no sólo ha producido dolor, sino que ha sido tan hábil en su estrategia extractiva que incluso ha sido capaz de robar ese dolor del saqueo en lo que podríamos entender como las “heridas de las heridas” de una historia occidentalizante del mundo multiplicada por las emociones de la pena colonial.
El año 2018, en el encuentro poético-afectivo Mis XXy años, la artista trans mexicana Lía García gritaba “nos han quitado tanto, que nos están quitando el miedo”2. Su frase conectaba emocionalmente con la memoria norte-sur del extractivismo de materias primas en los territorios colonizados desde el siglo XVI pero también con el robo como lugar de dolor y muerte de otras formas de vida, epistemologías y sexualidades. El extractivismo entendido de esta forma funciona como una pulsión colonial de dominio y exterminio al mismo tiempo que como un engranaje del capitalismo racial3: una forma de provocar agotamiento subjetivo del Sur global, de sus materias primas y cuerpos, donde el robo de las mismas va asociado a un proyecto de desarrollo falsamente bondadoso. En ese sentido es que el extractivismo produce dolores y muertes que adquieren un carácter endémico. Y en su posterior uso por parte de las ciencias occidentales, es que se produce un robo del robo, es decir, un robo del dolor. El extractivismo es así un sistema que opera en el uso y abuso de los recursos naturales de la tierra, pero también en el agotamiento de las epistemes y los afectos colectivos de las comunidades subalternizadas.
Entender esta pena perpetua del colonialismo implica asumir que el extractivismo, el cambio climático y la crisis ecológica actuales no tienen que ver con algo contemporáneo sino con una larga memoria del dolor de la tierra asociada a la modernidad, al colonialismo y al racionalismo. A partir de estos cruces de sentido, de opresiones y resistencias, es que El robo del dolor realiza un ejercicio de exposición de esta memoria de la pena pero también de la sobrevivencia que ha persistido desde el comienzo del proceso colonial, cuando las comunidades oprimidas o la propia naturaleza, como ente vivo, ha logrado enfrentar, enrostrar o incluso revertir la práctica extractiva.
Desde este posicionamiento de continuidad de la violencia colonial y la resistencia anticolonial entre pasado, presente y futuro, es que esta exposición propone un discurso curatorial que articula obras provenientes de diferentes tiempos -desde antes de la colonia hasta obras contemporáneas- y de diferentes territorios pensados de forma situada en la relación conflictiva entre España y sus antiguas colonias en Abya Yala. En las salas de la exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes se reúnen y colisionan materiales históricos provenientes de colecciones de diferentes entidades pertenecientes al Servicio Nacional del Patrimonio como el Museo Histórico Nacional, el Museo de Artes Decorativas, el Museo Gabriela Mistral de Vicuña, el Museo O’higginiano y de Bellas Artes de Talca y el Museo Regional de La Araucanía de Temuco, además de otras instituciones nacionales e internacionales como el Museo del Carmen de Maipú, el Museo de Arte de Lima y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía4.
Además la exposición contiene un número considerable de obras del propio Museo Nacional de Bellas Artes, entendiendo que dicha colección del Estado aristócrata de comienzos del siglo XX sirvió -desde el ámbito cultural- para validar y fortalecer la construcción del Estado-nación como entidad estructuralmente clasista, patriarcal y racista5. El tejido de estas obras de la élite cultural chilena se contrapone con los distintos tipos de flujos y formas de producción de saberes que presentan las piezas de arte contemporáneo y otras piezas patrimoniales que han sido relegadas al espacio de lo artesanal, el folclore o lo antropológico. Esta curaduría busca así realizar actos simbólicos de reparación de los daños generado por la memoria elitista de las Bellas Artes que permitan imaginar la disolución de la distinción y jerarquización entre arte/alta cultura y artesanía/folclore, o al menos desdibujar sus rígidas distinciones.
La muestra articula todas estas producciones a través de cuatro secciones que, si bien muchas veces se intersectan y superponen, hemos decidido narrar y exhibir como separadas a efectos de poder centrarnos en cada uno de estos aspectos con mayor detalle.
Programa de actividades
Entrevista a las curadoras: 17 de enero, 17:00 h | Instagram Live: @MNBAChile.
Actividades en el día de la inauguración:
12:00 h Apertura exposición El robo del dolor.
17:00 h Performance colectiva de finalización obra Ani Ganzala.
18:00 h Acción frontis MNBA – Visita guiada exposición.
18:00 h Inicio del Ciclo audiovisual
19:00 h Concierto de trompe y violín de Eli Wewentxu en las salas de la exposición
Proyecciones Ciclo Audiovisual:
12 de enero, de 18:00 a 21:00 h
– Agarrando pueblo, Carlos Mayolo y Luis Ospina, 1977, 28:55 min.
– PetroPorn, CENEx (Centro de Estudios de la Naturaleza Extractiva), 2017, 4:27 min.
– CuPorn, CENEx (Centro de Estudios de la Naturaleza Extractiva), 2020, 9:33 min.
10 de febrero, 12:00 h
– Documental Las minas de las minas, Gloria Camiruaga, 1993, 48:28 min.
10 de marzo, 12:00 h
Muestra audiovisual Tüfachi purun inchiñ-ngealu/Esta danza es por nosotras, curada por Ange Cayuman.
– Rayülechi malon, Daniela Catrileo, 2019, 01:09 min.
– Az Mapu, Shakin, 2022, 05:16 min.
– Eymi inchiw, Pablo Lincura, 2022, 04:38 min.
– Ngüru ka willin, Seba Calfuqueo, 2022, 04:00 min.
– Sexilio, Ysai Bueno,2019, 18:14 min.
– La carta, Ángeles Cruz, 2014, 17:00 min.
Visitas guiadas, sin inscripción:
10 de febrero, 11:00 h | Visita guiada con Lucía Egaña Rojas, co-curadora de la muestra.
10 de marzo, 11:00 h | Visita guiada con Lucía Egaña Rojas, co-curadora de la muestra.
Descargar Librillo El Robo del Dolor.pdf (PDF 15.77 MB)
Prensa
- Comunicado exposición El robo del dolor (PDF 777.72 KB)
- El Mercurio, jueves 12 de enero 2023 (PDF 532.67 KB)
- Las Últimas Noticias, sábado 14 de enero 2023 (PDF 1.48 MB)
- Entrevista a curadoras por la Radio Universidad de Chile
Este proyecto contó con la financiación de la Fundación Mellon (Dispossessions in the Americas: The Extraction of Bodies, Land, and Heritage from La Conquista to the Present), el apoyo del Museo Nacianal de Bellas Artes, el Institut Ramon Llull, la Pluriversidad Nómada.